Wilmer Flores está teniendo una de sus mejores campañas desde que ve acción en la gran carpa. Se ha convertido en un bate imprescindible dentro de la alineación de los Gigantes de San Francisco, quienes pelean por ganarse uno de los puestos de comodín a la postemporada.
El valenciano ha sido consistente todo el año con su producción ofensiva, y el pasado viernes 8 de septiembre conectó cuadrangular de dos carreras, el 22 de la temporada, para de esta manera alcanzar la cifra redonda de las 500 carreras impulsadas. El batazo fue en el sexto inning del juego frente a los Rockies de Colorado y ante los envíos del zurdo Ty Blach.
En esa entrada, San Francisco perdía 4x0 y Flores fue quien inició el regreso en la pizarra para empatar el encuentro y posteriormente ganar el compromiso con pizarra de 9x8, para de esta manera colocar registro de 71-70 a dos juegos y medio del tercer comodín en la liga nacional.
De esta manera, “Catire” se convirtió en el venezolano número 36 en alcanzar esta cantidad de empujadas, según el registro del portal web “ Baseball Reference” , siendo Marco Scutaro (509) el próximo en la lista.
Esta es una de las razones por la cual el infielder está contabilizando una de sus mejores campañas ofensivas desde que debutó en grandes ligas en 2013. Recientemente, había superado su marca personal de 19 cuadrangulares en una temporada, y hay otras cifras que está cerca de alcanzar.
Cuando quedan 21 encuentros por jugar según el calendario de los Gigantes, Flores se encuentra a 18 de los 120 imparables, otro de sus topes personales en una zafra, aparte de faltarle seis dobles para los 28 y nueve para los 200 en su carrera.
Por otro lado, no solo ha sido oportuno al momento de producir sino que ha reducido en mayor medida su tasa de ponches en comparación a la contienda anterior, pues tiene sólo 54 en 352 veces al bate en los 108 encuentros que ha disputado, fiel a su esencia en toda su carrera en la que acumula 541 abanicados luego de 3.595 turnos.