Este 2023 venía como una nueva oportunidad cargada de retos y nuevas experiencias para Romer Cuadrado. El jardinero renovó contrato con el conjunto Seibu Lions del béisbol japonés para actuar con ellos por segunda campaña consecutiva, pero otros desafíos le esperaban en el horizonte.
El jardinero de 25 años llegó a los campos de entrenamiento en tierras orientales tratando de recuperarse finalmente de la fractura que sufrió en el dedo anular izquierdo, y que le puso fin a su accionar la campaña anterior de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Por tal razón, inició la campaña en las ligas menores, específicamente en la liga del este del país asiático.
Pero a parte de eso, hubo otra razón mayor para que el campeón del mundo sub 23 con Venezuela fuera asignado a esa sucursal. Su equipo le propuso hacer la transición defensiva desde los jardines al cuadro, específicamente para desenvolverse en las esquinas.
Por supuesto que no dejaba de ser un movimiento más que interesante y que representaba un gran reto para Cuadrado, que en su carrera de ocho años como profesional solo había visto acción como guardabosque.
“El cambio surgió porque ellos (el equipo) me lo presentaron. Me preguntaron si quería aprender a jugar en la primera y tercera, así que les dije que sí”, expresó Cuadrado en un contacto telefónico con nuestro departamento. “Creo que es una transición un poco normal que a veces les toca a los outfielders para tener más tiempo de juego”.
El hecho es que lo ha afrontado de la mejor manera posible, a pesar de las dificultades que se pudieran presentar en el camino, sabiendo que esto solo le dará mayor preparación y más oportunidades dentro del terreno.
“Obviamente el cambio me costó un poco al principio por el hecho de las señas que hay acá, y porque es una manera distinta de ver el juego. Pero realmente ha sido una transición normal, de mucho trabajo eso sí, que con el día a día se va aprendiendo y resolviendo”, detalló.
Al final esto solo será de mayor provecho para el propio slugger, ampliar el abanico de oportunidades que pueda recibir en todo equipo con el que vea acción, sea en Japón, en otra liga e incluso con nuestra organización en la LVBP. Ese es el enfoque de Cuadrado y por eso trabaja duro a diario, tanto así que sus coaches ven con visto bueno su progreso.
“Ellos hasta ahora me han dicho que he mejorado muchisimo”, agregó el oriundo de Maturín, estado Monagas. “Confían en que es una buena opción para mí a futuro, aprender otras posiciones y ser más versátil para que eso me ayude más en mi carrera”.
En este sentido, el joven paleador tiene muy claro que esta solo es una manera de expandir sus habilidades y por tal razón no va a abandonar su constante accionar en los jardines, por el contrario, tratará de compartir ambos roles en la medida de lo posible y siempre con la intención de ayudar al equipo que esté defendiendo.
Por lo pronto, solo espera recibir más oportunidades de juego no solo para seguir puliendo su nueva tarea defensiva, sino para mantenerse en buen ritmo y poder contribuir de igual manera con el madero.